Problemas habituales en invierno: sequedad extrema, grietas en talones, sabañones y dolor al caminar
En pies con hiperqueratosis (callosidad) la pérdida de elasticidad de la piel facilita la aparición de fisuras en talones, que pueden sangrar e infectarse si no se tratan.
Para estos cuadros se recomiendan emolientes de base oclusiva y cremas con urea (según grado) para reblandecer la hiperqueratosis antes de tratar la fisura en consulta.
2. Sabañones (perniosis).
Los sabañones son una respuesta inflamatoria de la piel y de los pequeños vasos sanguíneos a la exposición prolongada al frío y la humedad: aparecen enrojecimiento, picor, sensación de quemazón e inflamación y suelen localizarse en dedos y talones.
La prevención (aislar del frío, evitar humedad, calcetines y calzado adecuados) y el diagnóstico temprano evitan complicaciones y alivian síntomas más rápido.
3. Aumento del dolor al caminar (agudización de patologías preexistentes).
El frío puede aumentar la rigidez articular y muscular, alterar la marcha y potenciar dolor en patologías como metatarsalgias, fascitis plantar o espolón calcáneo.
Además, calzado demasiado rígido o inadecuado para el invierno (que no amortigüe ni respire bien) puede exacerbar puntos de presión y rozaduras. Por eso en invierno es habitual que pacientes con problemas biomecánicos refieran empeoramiento del dolor.
4. Riesgo de infecciones por hongos y empeoramiento en pies diabéticos o con mala circulación.
Aunque el frío no favorece directamente a los hongos, el uso de calzado cerrado y la sudoración dentro del zapato crean microambientes húmedos propicios para onicomicosis e intertrigo interdigital.
Además, personas con diabetes o enfermedad vascular deberán extremar cuidados porque la reducción del riego por vasoconstricción aumenta el riesgo de no cicatrización.
Los colegios profesionales subrayan que mayores, diabéticos y personas con problemas circulatorios son grupos de riesgo.
Recomendaciones de cuidado diario: hidratantes adecuadas, calcetines térmicos, evitar humedad
A continuación encontrarás medidas prácticas y específicas que desde nuestra clínica recomendamos para mantener la salud podológica durante el invierno.
Hidratación profesionalmente indicada:
- Para piel seca y grietas superficiales: usar diariamente emolientes con aceites y ceramidas después del lavado y secado; aplicar por la noche con masaje para favorecer penetración.
Para hiperqueratosis y callosidad: cremas que contengan urea en concentraciones adecuadas (normalmente 10–30% según prescripción/podólogo) ayudan a reblandecer la piel. No utilizar agentes agresivos sin supervisión profesional si hay fisuras abiertas o infección.
Calcetines y calzado:
- Prioriza calcetines de fibras naturales o técnicas que aislen pero permitan evacuación de humedad (lana merino, mezclas técnicas). Evita calcetines que aprieten (cortes de circulación) o que retengan humedad.
Calzado impermeable cuando llueva o nieve, con suela adecuada y espacio suficiente en la puntera para evitar compresión de dedos. Cambia de calzado si se humedece y deja que se seque completamente antes de volver a usar. Recomendamos evitar fuentes de calor directo (estufas, calefacción intensa) en los pies para no crear contrastes bruscos que dañen la piel.
Señales de alarma que requieren consulta podológica
Es esencial no trivializar ciertas señales: acudir al podólogo permite valorar la gravedad, realizar curas adecuadas y prevenir secuelas. Estas son las señales por las que se debe pedir cita de forma prioritaria:
Fisuras sangrantes o dolorosas en talones que no mejoran con cuidado domiciliario o que muestran signos de infección (enrojecimiento que se extiende, calor, secreción). Las fisuras profundas pueden precisar tratamiento en consulta.
Sabañones persistentes, con ampollas, ulceración o dolor intenso. Si las lesiones cutáneas empeoran o no ceden con medidas generales, el podólogo/dermatólogo puede indicar tratamientos tópicos específicos.
Dolor al caminar que limita la actividad o aparición de claudicación en pacientes con enfermedades vasculares. Requieren valoración biomecánica y diagnóstico de la causa.
Signos de infección: aumento de calor local, eritema que progresa, pus o mal olor. Las infecciones en pies, especialmente en pacientes diabéticos, precisan intervención urgente.
Pérdida de sensibilidad (neuropatía), quemazón o entumecimiento: pacientes con diabetes o neuropatía deben ser valorados urgentemente ante cualquier lesión, ya que el umbral de dolor puede estar alterado y una lesión pequeña puede evolucionar a úlcera.
Uñas muy dolorosas, separadas o con signos de onicomicosis con inflamación: si la uña produce dolor, sangrado o sospecha de infección, el podólogo puede realizar desbridamiento, tratamiento de la uña y consejo sobre cuidados y prevención.
El invierno exige cuidados específicos para la salud de los pies. Sin embargo, hay señales que nunca deben tratarse solo en casa.
Si notas alguno de estos síntomas o quieres una valoración preventiva, pide cita con Clínica Podológica Caminàs en Puzol, juntos realizaremos una exploración, tratamiento y planes personalizados de prevención para que no pierdas movilidad ni comodidad durante el invierno.



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